Una vez empiezas a viajar y saborear las mieles de la libertad viajera, abrimos un nuevo mundo dentro de nosotros que nos hace sentir más vivos que nunca y nos impulsa a seguir explorando lo desconocido, lo nuevo y lo bello de cada rinconcito de este planeta.
Contra mayor sea el contraste de la cultura y forma de vivir que visitemos mayor será el aprendizaje y la recompensa que obtendremos.
Personalmente viajar me ha aportado más de lo que yo hubiera podido esperar. Uno de sus mayores aportaciones fue la empatía. La empatía que me ha dado la posibilidad de conocer un buen número de personas, tribus, comunidades, culturas, países… que hicieron a su vez posible que me conectara con mi esencia más humana y me desconectara por momentos de mis egos occidentalistas.
Gracias a esta empatía he llegado a darme cuenta que el mundo es un tesoro inacabable y que está habitado mayoritariamente por seres extraordinarios. Es por eso que como viajero y aventurero solidario me siento con la obligación y deseo de cuidarlo. Deseo de apoyar de alguna manera u otra, a las personas y comunidades que se encuentran en una situación de pobreza.
Otra manera de viajar más humanitaria y ecológica es posible. Una manera donde aprendamos y entendamos que tenemos la llave para crear un mundo más sano y un modelo de viajes más sostenible y humanitario.
Desde “No veas que viajes” esperamos que podamos vivir nuevas experiencias solidarias juntos, que nos hagan conectar con otros mundos y con nuestra esencia más humana. Que nos hagan olvidar de nuestras preocupaciones y nos hagan vivir la vida desde el ahora. Y que sobretodo disfrutemos de la aventura del camino para que realmente nuestras aventuras consigan aportar de corazón, esperanza y apoyo para la conservación de la biodiversidad del planeta y las personas en condiciones de escasez y miseria.
La vida está hecha de elecciones. Elijamos bien de qué manera queremos viajar y hagamos del mundo un lugar mejor para todos.
Nos vemos por el camino!!!
Isak Viu
